viernes, 8 de enero de 2016

Jugando al fuego

Ultimamente cuando salgo a la calle noto a la gente como triste o quizás algo mas seria de lo normal y tengo miedo a contagiarme. Tengo miedo de acabar todos los dias quemado por el trabajo, estudios y esas miles de escusas que intentan justificar que le regalemos una sonrisa al mundo.
De hecho, una de las cosas que mejor me describen, es mi inquietud por ver que alguien no esta sonriendo. Puede que por eso digan que soy tan tonto, por intentar darle esa chispa a un mechero que no prende. En fin, será la diferencia lo que me convierte en anormal o lo que me hace vivir mas al limite.
Cuando era pequeño, mi madre me decía que quien jugaba con fuego se solía quemar, sin embargo, es esa adrenalina de jugar con el la que me impulso a seguir siendo la chispa de tu mechero, a seguir aprendiendo a prender de la forma mas adecuada, a no mojarme sino a quemarme.
Al fin y al cabo, despues de tanto tiempo al limite llega el momento en el que te acostumbras y te olvidas de la normalidad. Es justo en ese momento cuando comienzas a vivir esta locura.

Vivamos la vida como un juego donde nadie nos queme. Resulta paradojico que una vez muertos acabemos todos en un crematorio.

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